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Maternidad

¿Cuándo la protección pasa a ser sobreprotección?

Sobreprotección

Me encontraba yo wasapeando con mis chicas gettiles. La que está embarazada y preparando lo necesario para la llegada del bebé, ha nombrado las chichoneras para la cuna. Otra ha dicho que le había comprado una chichonera con forma de casco a su hija pequeña, ahora con 10 meses, porque gatea muy rápido y se da golpes fuertes en la cabeza, chichón negro en la frente incluído – y es que la delicadeza la heredó enterita su hermana -. Una tercera, primeriza, decía que su hija, de 11 meses, apoya la cabeza y gatea y que a ella, como madre, le da miedo, así que la protege dejándola poco en el suelo; gatea mucho en el sofá. La del casco le ha dicho a la del sofá que debería dejarla en el suelo para gatear. Yo he lanzado una pregunta retórica con «¿que evitas los golpes no poniéndola en el suelo?» acompañada del emoticono de asombro. Y la que tiene dos niños pero ninguno en proceso de ir a cuatro patas, ha dicho a la del sofá que ella también lo veía excesivo y que no proyectara sus miedos en la niña. Y todo con buen rollo, desde la confianza y el cariño sincero que nos profesamos. Todas nos conocemos a la perfección.

Esto me ha hecho pensar en la protección , o mejor dicho en la sobreprotección hacia los hijos, ya que protegerlos es nuestro deber. Muchas veces me he visto en la disyuntiva de hacer una cosa por proteger a mis hijos o no hacer nada y dejar que las cosas sucedan según su camino, con el riesgo de que los niños puedan hacerse daño. Y unas veces he optado por la primera opción y otras por la segunda. Intento medir riesgos y verlo con perspectiva y entonces decidir, si es que hay tiempo para ello, claro.

¿Que estamos en un parque y la niña con dos años quiere subir al balancín sin que la coja? ¿Qué puede pasar? ¿Que se caiga al suelo, que está a una distancia prudencial? Pues mira, probaremos e intentaremos que la niña disfrute. Y si se cae, pues la consolaremos de lo que, posiblemente, no habrá pasado de un susto y un pequeño golpe. Ah! Que lo que quiere es subir al tobogán, subiendo sola las escaleras, hasta lo alto donde ni su padre ni yo alcanzamos desde abajo con los brazos estirados… Pues señorita, eso tendrá que ser otro día. U otro año, hasta que crezca. Y es que ahí la leche puede ser bien grande y las consecuencias bastante más perjudiciales. No sé si me explico, estoy algo espesa.

En casa utilizamos unas medidas básicas de seguridad, que desde mi punto de vista no son nada extremadas, como la barrera en las escaleras, los protectores de las esquinas y los bordes de la mesa del salón o los cierres de los armarios y cajones. Por supuesto que podríamos sobrevivir sin ellos, incluso lograr que los niños no se hicieran nunca daño, pero prefiero que campen a sus anchas sin estar detrás como una histérica o prohibiendo que vayan por aquí o por allá a cada paso de los críos, bueno, ahora ya sólo de Míster. Que vamos, que lo de histérica tampoco tiene por qué ser, sino sólo hay que conocer a mi amiga gettil Ra, la de los dos niños. Ni con el primero ni ahora con este recién nacido – bueno, ya tiene tres meses y medio – ha querido poner protecciones en casa. Dice que ella se crió así y que vivió genial y sin golpes graves. La verdad es que de todas las amigas es la más happy para estos temas, la menos maníatica, la que con su primer hijo ya fue incluso más práctica y tranquila que yo con el segundo.

Y seguro que esta amiga también tiene sus miedos como madre; miedos como los que puedo sentir yo ante ciertas cuestiones y como los que sentirán el resto de madres. La diferencia está en cómo nos enfrentamos a ello. Este curso pasado uno de mis miedos surgió a raíz de la excursión de fin de curso de Miss. Se iban a otra provincia con autobús. No me plantee – o casi – que fuera a pasarle nada en la granja escuela a la que iban a pasar el día, pero el autobús… eso ya era otra historia. Sí señoras (que seguro sois mayoría), aquí servidora tiene mucho respeto a la carretera, y si es un viaje largo en autobús ya ni te cuento. Pero la niña fue. Y desde el principio tuvimos claro tanto Papagoloso como yo que así sería – al papi tampoco es que le hiciera una gracia tremenda el viajecito -. Y cuando las excursiones consistan en noches fuera de casa… pues los niños irán si es eso lo que quieren, mal que sus padres estemos sin dormir hasta su vuelta.

Para lo que quizá soy más estricta es con el tema alimentación. Si la pediatra me da unas pautas a seguir, en las que se tiene muy en cuenta la edad del bebé, intento seguirlas, sobre todo por el riesgo de alergias y desajustes gastrointestinales. Que ya sé que igual se comen una fresa con 5 meses y no pasa nada, pero ¿y si pasa? Vamos, que digo yo que para algo vamos al pediatra y para algo se curran las pautas, ¿no? Que sí, que también sé que puedo no darle fresas hasta los tres años y resulta que a la primera va y le sale una alergia de las gordas, peor no es lo mismo. ¿O pensáis que sí? (pregunto). Eso sí, no soy miedosa – bueno, o lo disimulo – a la hora de darle sólidos masticables, de esos con los que podría quizá atragantarse pero que no es lo normal; lo normal es que el niño mastique con las encías y deshaga antes de tragar el pan, las rosquis, los trocitos casi invisibles de fruta, carne o pescado que le damos. Y la verdad es que lo hace bastante bien. Que a ver, que con un año cumplido ya come casi de todo; me refiero más bien a cuando empezamos.

Ah! Sobre la conversación wasapera con la que empecé a escribir el post ayer, el desenlace ha sido que la del sofá va a comprar el casco también a su hija. Yo le he preguntado si lo ve realmente necesario ya que no se ha dado ni un golpe aún. He seguido diciéndole que no deje de hacerlo por lo que yo le diga, no sea que se dé un buen golpe y entonces me sienta yo fatal. Que lo del casco lo veo precipitado. Ella insiste con el peligro que tiene la niña. Y yo contesto que entonces no le dé más vueltas, que si es la única forma para estar tranquila y dejar a la niña un poco a su aire, adelante – y no es que yo crea que necesita mi aprobación, ni mucho menos, ni siquiera mi opinión, pero como amigas compartimos pensamientos y opiniones -. Eso sí, las dos coincidimos enviando un wasap diciendo que estando el padre no se lo pondría… la conoceré yo. Y a él.

MI CONCLUSIÓN FINAL: No podemos tener a los niños en una burbuja. A todos nos duele más que nada en el mundo cualquier cosa mala o daño que puedan hacerse nuestros hijos, pero no deberíamos dejarnos llevar por esos miedos y coartar así la libertad y necesidad de aprendizaje y vivencias de los niños. Dónde está el límite entre la protección sana y la sobreprotección… eso ya hemos de valorarlo cada cual. Yo como adulta y madre de mis hijos estaré vigilante para que nada grave les ocurra y me esforzaré cada día por llevar lo mejor posible mis temores y animar a mis hijos en sus avances y crecimiento.

 

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27 Comentarios

  • Responder
    Laura Muñoz
    19 julio, 2012 at 15:59

    Toda la razón del mundo !!!!
    Al principio veía que si Leo iba a tropezar yo ya estaba ahi plantada como un cojín amortiguador,.. ahora no.. le dejo caer, a base de porrazos se aprende, y la torpeza así mismo se quita.. no quiero que me salga blandengue ! muuuuua

    • Responder
      golosi
      20 julio, 2012 at 10:05

      Pues eso, tú eres la que debe saber o decidir cuándo hacer de cojín y cuándo dejarle caer.
      Gracias por pasar, guapa.

  • Responder
    batallitasdemama
    19 julio, 2012 at 17:55

    Cuanto me ha gustado el post, totalmente identificada contigo en el tema de los alimentos y en el bus.. el mío no va de excursión, le queda lejos, pero que vaya en un coche en el que no voy yo o su padre, lo llevo fatal, pero habrá que sobrellevarlo como podamos.
    Lo del casco no lo había oído nunca. Un beso

    • Responder
      golosi
      20 julio, 2012 at 10:06

      Me alegra que te haya gustado. Y lo del coche sí, tampoco es algo que me guste, peor el bus me supera.
      Un beso.

  • Responder
    MamaCachorro
    19 julio, 2012 at 21:32

    Y que es sobreproteger y que no pufff me parece un poco dificil diferenciar,lo q para ti puede ser sobreproteccion para otro lo normal y tu comportamiento lo raro o interpretarlo como "no te ocupas de tu hijo". Creo q es un tema delicado. Yo soy de la opinion de seguir el instinto y si en un momento crees q debes estar con tu hijo mientras trepa a un arbol estes digan lo q digan los demas.
    Creo que estar cerca les da seguridad y aumenta su auto estima. Pero cada persona somos un mundo. Yo soy feliz dandole la mano para q salte de un banco al suelo, o acompañandolo mientras trepa x una red en el parque.

    • Responder
      golosi
      20 julio, 2012 at 10:09

      Totalmente de acuerdo con lo que dices. No es eso lo que transmito en el post? Por que era lo que quería transmitir. Vaya, igual no me expresado bien. Yo tampoco sé dónde está el límite, si es que hay uno determinado. Y por supuesto que hemos de dejarnos llevar por nuestro instinto; difícil que este nos engañe.

      Como sabes, me encanta verte por aquí y conocer tu punto de vista, que veo que coincide con el mío 😉
      Un besote!

  • Responder
    Monica Lady Pink
    19 julio, 2012 at 22:00

    oinssss!!! esta tarde te habia contestado pero se ve que no se ha publicado…estupido internet…

    bueno resumo diciendo que tienes mucha razon y coincido en muchas cosas contigo golosi, que si mi niño quiere subir a un balancin que lo haga solito a pesar de que puede caer…si quiere tobogan alto…tendra qe ser con mama.
    eso si en la casa solo tengo vallas porque vivo en duplex, pero ni esquinas ni cajones ni nada, yo le he enseñado que no se abren ni cajones ni puertas y esquinas que tenga cuidado.

    me ha gustado mucho este post, muy bien explicado todo.
    y lo del casco no lo habia escuchao..

    besos

    • Responder
      golosi
      20 julio, 2012 at 10:11

      Pues sí, es otra opción la de enseñarle que no se abren :-)
      me alegra que te guste el post, de eso se trata.
      Un besazo y gracias por pasar.

  • Responder
    Lucia
    20 julio, 2012 at 06:48

    Estoy totalmente de acuerdo contigo!!, la verdad es que no se debe pecar ni de un extremo ni de otro… pero la verdad es que es muy dificil!! Esta claro que se aprende a no caerse cayendose, pero siempre con un poco de cautela; pero en mi opinion tienen que aprender a hacer las cosas ellos mismos, porque sino se acostumbran a que se les haga todo (se les suba en el columpio, se le recoja del suelo cuando se cae….)
    Me ha encantado el post.
    Saludos,

    • Responder
      golosi
      20 julio, 2012 at 10:18

      Y a mí me ha encantado tu comentario, enterito.
      Gracias por pasar por aquí, espero seguir viéndote ;-). Saludos.

  • Responder
    chispuncita@hotmail.com
    20 julio, 2012 at 14:25

    Cuánta razón tienes, y que difícil encontrar ese punto de equilibrio, tan importante y necesario. Yo voy por etapas, las he tenido más protectoras, o sobreprotectoras y otras más relajada, pero confieso que me cuesta..soy muy sufridora..
    Un besito desde el mar..a ver como se me dan las conexiones…

    • Responder
      golosi
      29 julio, 2012 at 20:46

      Vanina, el punto de equilibrio lo decide cada una de nosotras; la mayoría somos capaces.
      Creo q ya has vuelto de tus vacaciones, así que estarás metida de lleno en el 2.0.
      Un besote y gracias 😉

  • Responder
    mamá, ¿dónde vamos hoy?
    22 julio, 2012 at 22:02

    Hola Golosi, acabo de descubrir tu blog y me ha gustado mucho, Me identifico mucho con tu post, ¡¡hasta tengo grupo de watsapp con mis amigas de siempre y nuestras conversaciones son parecidas! jajaj me ha hecho mucha gracia.
    Yo soy de las que pienso que hay que dejarles expirementar,claro que siempre dentro de un límite, y ese límite pues lo ponemos cada mama dónde creemos oportuno. Yo al primero le dejaba creo que bastante para ser el primero, pero el segundo entre que es mas atrevido y se llevan poco, todo lo ha hecho antes que su hermano.
    ¡Enhorabunea por el blog y me seguire pasando!

    • Responder
      golosi
      29 julio, 2012 at 20:47

      Muchas gracias por tu comentario, guapa, me ha gustado mucho.
      Te voy viendo, sobre todo por el FB, jeje.

  • Responder
    Anónimo
    23 julio, 2012 at 09:02

    Muy buen post. Por eso no gustaría incluirlo en nuestra sección semanal de bebesymas.com sobre blogs de papas y mamas. ¡Muchas gracias!

  • Responder
    Bea
    25 julio, 2012 at 14:12

    A los chicos hay que darles sus gustos, tal como lo hacemos nosotras también.

  • Responder
    Mamamedusi
    25 julio, 2012 at 20:52

    Hola Golosi! Yo creo que hay un termino medio, hay que dejarles que se caigan y se den golpes aunque yo ahora que es mas independiente me pongo mas nerviosa con sus tropezones y no puedo evitar saltar como un resorte en cuanto oigo el golpetazo, pero los peques tienen que caerse y aprender a caer. También es verdad que ahí esta ese feeling madre e hijo y hay veces que lo estas viendo venir y al final, viene, y tu ya estas preparada para evitarlo/ consolarle/ atenderle según toque… Ay! Que sustos nos dan estos pequeñajos

    • Responder
      golosi
      29 julio, 2012 at 20:50

      Vaya! Y algunos gordos, pero no es lo normal, así que no podemos vivir pensando en que ocurrirá una catástrofe, pq eso no es vivir.
      Un besote y mil gracias por tu coemntario, guapa.

  • Responder
    Michele de Nuestro Diario
    26 julio, 2012 at 07:37

    Desgraciadamente los accidentes son eso: accidentes. A veces podemos evitarlo, a veces no. Yo intento en la medida de lo posible tener los espacios controlados, pero los niños siempre se saltan algunas barreras y acaban con chichón, rodilla raspada, etc. Difícil es crecer sin pasar por estos tramites.Lo que no me parece seguro es gatear en el sillón; la caída desde ahí es más peligrosa que desde el mismo suelo (seré rara yo?)
    Saludos, muy informativo post.

    • Responder
      golosi
      29 julio, 2012 at 20:52

      Pues sí, Michele, estoy de acuerdo contigo, en el sofá hay que estar mucho más pendientes y el golpe puede ser mucho mayor.
      Gracias por pasar :-)

  • Responder
    Peineta-pintxos
    27 julio, 2012 at 11:23

    Bueno yo creo que aquí depende del criterio de cada una, yo tengo un niño muy movido y desde bien temprano, así que lo de la seguridad en casa por todos los sitios. Y soy de las que tiene que ir con mil ojos y subirme a toboganes de muchos metros porque es ágil y se me escapa.

    Con la alimentación he seguido los consejos del pediatra pero sobre todo el sentido común.

    Tienes que pensar q igual q a tí te parece arriesgado darle fresas con 5 meses a otras les puede parecer el dejarse subir al columpio solo.

    En resumen, fantastico post y muy bien explicado

    • Responder
      golosi
      29 julio, 2012 at 20:55

      Pues sí Peineta, yo también creo que depende mucho de cómo sea el niño. Y nuestro sentido común es muy importante.
      Me alegra que te haya parecido un buen post. Gracias guapetona.

  • Responder
    mariapagar
    29 julio, 2012 at 15:21

    Yo soy un poco como tu amiga Ra (primeriza desnaturalizada, me llaman… no te digo más). Creo que debe darse sus golpes para aprender lo que puede hacer y no, evitando, eso sí, las cosas realmente peligrosas.

    En cuanto a casa, yo ni siquiera he puesto las barreras en la escalera. Desde pequeñito le enseñé que la escalera sólo con papá y mamá (incluso le enseñé a bajarla y subirla en cuanto pude) y nunca, nunca, se ha lanzado sólo. Creo que el truco es que no lo vean como un reto o como algo prohibido. Eso sí, estoy siempre en el mismo piso que él y atenta a su posición. Y el día que le pase a la cuna sí que pondré barrera en ese piso, no se vaya a despertar antes que nosotros e intente bajar sólo. Que no lo creo, pero aquí es donde hablo de evitar los peligros…

    • Responder
      golosi
      29 julio, 2012 at 20:58

      Jaja, reconozco que siempre me ha hecho mucha gracia lo de madre desnaturaizada, aunque yo se lo aplicaría antes a otra amiga, no a Ra, jeje.
      Nosotros pusimos la barrera arriba cuando pasamos a la niña a la cama por si se despertaba de noche y medio dormida venía a nuestra habitación (también arriba) pero se torcía o despistaba.
      Gracias por pasar guapa :-)

  • Responder
    Mama medusi
    2 agosto, 2012 at 20:13

    Disfuta mucho de tus vacaciones, tienen muy buena pinta!
    Sobre descansar ea difícil pero al menos podemos aprovechar a estar mas tiempo con los peques, y tu ya tienes muchas actividades pensadas!
    Yo en septiembre también tengo operación guardería así que ya compartiremos inquietudes… hasta entonces FELIZ VERANO!

    • Responder
      golosi
      6 septiembre, 2012 at 12:28

      Jo, veo que se pasaron varios comentarios tuyos. Gracias por ellos, guapa.

    Agradezco tu comentario