Pinceladas de Malamadre: Bendito Cantajuego

La que pensaba sería una tarde tormentosa por tener que quedarme con Bruno en casa sin poder moverme por mi «patachula» y sin posibilidad de dejarlo a él con nadie, ha resultado más que bien.

Ayer por la tarde marido dejó el Cantajuego puesto cuando se iba, poco antes de las 18.00 h. Era mi única esperanza para aguantarlo un rato tranquilo y no las tenía todas conmigo, ya que pocas veces lo he plantado ante la tele. Pero.. oh! sorpresa! Dos horas y media después y ante mi perplejidad, Bruno seguía en el sofá moviéndose a penas para cambiar de posición.

Fue al rato cuando ya se levantó para bailar y sacar un juego, que le entretuvo pocos minutos.

No me apasiona lo de los iconos, pero voy haciendo pruebas con Photoscape

Del momento lectura y juego compartido en el sofá no hay fotos; se me pasó al estar yo más involucrada. Y para acabar, probé a que jugara con la tablet. Me sorprendió cuando nada más ponerle el juego de los globos empezó a explotarlos. Que es fácil, lo sé, pero nunca le había visto con la tablet. Bendita hermana, jajaja.

El pobre pensaría que para un rato que me tenía en exclusiva y sin poder ir yo de un lado para otro, mejor me absorbía, jajaja. Y estuvo de un cariñoso… De repente un beso, o abrazos poniéndose encima, o apoyando la cabeza sobre mis piernas en plan «soy tuyo y tú eres mía»… Y yo que moría de amor.

No puedo más que decir que fue una muy buena tarde, a pesar de no haberme podido mover del sofá y haber dejado en él la forma de mi culamen.

Marido llegó a las 21.00 h. y Bruno seguía tranquilo, aunque con indicios de empezar a inquietarse pronto. Mi única pena fue que a Marcela no la vi desde por la mañana antes de irse al cole. La mamá de una amiguita de su clase la recogió y se llevó a las dos a pasar la tarde a una piscina. Fue marido a recogerla a las 22.30 y aun protestaba por tener que volverse. Muy a mi pesar, conmigo no habría pasado mejor tarde, así que yo súper contenta de haber tenido esa opción.