Vengo a hablaros de felicidad; de la felicidad de los niños y de esas sencillas cosas que podemos hacer para lograr la de nuestros hijos. Pero antes de ir a ello…
¡Feliz año! Que sí, que ya llevamos casi un mes avanzado, pero nunca es tarde para lanzar buenos deseos, ¿verdad? Tenía intención de pasar antes por aquí, os lo prometo, pero la falta de tiempo de inspiración no ha ayudado. Y no sé si os pasa a los que tenéis blog, pero a mí cuanto más tiempo llevo sin escribir más me cuesta retomarlo, hasta el punto de que se forma una especie de barrera, más mental que otra cosa, lo sé, pero difícil de sortear para volver a salir al ruedo. No es que hoy me haya levantado inspirada, para nada, pero sí me he dicho que esa barrera hoy caía.
Para 2017 no me he hecho una larga lista de propósitos que no voy a cumplir; nada de «hacer deporte», «aprender inglés» o «publicar en el blog de forma periódica». Me encantaría lograr estas y muchas otras cosas, pero seamos realistas, llevan años en el top ten de mis propósitos y ahí siguen, en pendientes, así que si durante 2017 logro alguna de ellas lo celebraré, pero si no es así no voy a andar lamentándome y sintiéndome mal por no ser capaz de lograr lo que me propongo; ya está bien de autofustigarme.
Pero que no me haya marcado propósitos no quiere decir que no tenga obligaciones, y la principal es participar en la felicidad de mis hijos. ¿Y cómo pienso hacerlo? Pues veréis, tras casi nueve años como madre creo que puedo hacer valer mi experiencia. Sé lo que les gusta, lo que les saca una sonrisa, lo que puede apetecerles en determinado momento y lo que aun sin ellos reclamarlo les hace realmente felices y hace que se sientan especiales y queridos.
Y no hablo de todo eso que se supone debemos hacer para educar a futuros adultos felices. Lógicamente me importa el futuro de mis hijos e intento educarles para que cuando crezcan tengan una serie de cualidades que les hagan maduros y emocionalmente estables, pero también quiero que vivan momentos felices ahora, siendo niños, con pequeños gestos por mi parte que quizá para ellos pueden ser lo mejor del mundo mundial en ese momento concreto.
Aquí unos ejemplos de esas cosas que voy a hacer para que mis hijos vivan momentos de felicidad absoluta conmigo.
- Jugar más tiempo con ellos. Tiempo y juego. Qué felices pueden ser los niños solo con eso y qué difícil parece a veces, sobre todo lo del tiempo. Pero Bruno especialmente me lo reclama cada vez más, y cualquier tarde en la que pasemos un buen rato jugando juntos podemos oírle decir «es el mejor día de mi vida», así que claramente es una de las cosas que más feliz le hacen.
- Ponerles mensajes en el almuerzo, o en el estuche, o en la agenda, o en las libretas. Cualquier cosa que al verla en el cole les recuerde a nosotros y les robe una sonrisa. Es de esos recuerdos que cuando creces no olvidas.
- Hacer diferentes planes, organizados o improvisados, pero juntos. Una excursión, ir al cine, ir a ver un espectáculo… Planes que les gusten y otros que les sorprendan.
- Cosquillas. Sin duda la mejor forma de acabar un día torcido. Marcela grita como una loca y Bruno se mea de la risa. Yo hago ambas cosas cuando me caen a mí.
- Viajar. A ellos les gusta que salgamos de viaje, que hablemos de dónde vamos a ir, con quién, dónde nos alojaremos, cuántos días… Hablando de esos detalles se muestran emocionados, sobre todo si les implicamos en la elección y la organización. Y no hace falta que sea el gran viaje; las pequeñas salidas también cuentan.
- Sus ojos brillan cuando hablamos con antelación de sus cumpleaños. Que meses antes pensemos en qué haremos y a quién invitaremos a su fiesta les emociona, independientemente de que luego cambien o cambiemos de opinión veinte veces hasta la fecha. Pero es su cumpleaños, uno de los días más importantes para ellos, así que cualquier comentario sobre el tema les saca una sonrisa y hace que se les ponga cara de interesantes.
- Sorprenderlos con un sí cuando ellos esperan un no. Todos tenemos ciertas normas, algunas más estrictas que otras, pero concederles algún capricho de forma puntual no es malo. Igual que ceder a alguna petición a la que de primeras nos habríamos negado. No está mal que aprendan que en la vida, en nuestros actos, siempre pueden darse excepciones.
- Dejando que duerman con nosotros alguna noche. Ya lo hacemos de vez en cuando, aunque como nuestra cama de 150 queda pequeña para los cuatro, lo solucionamos repartiéndonos uno con Marcela y otro con Bruno. Suele ser una vez al mes, o cada dos meses. Y también les gusta que les dejemos que alguna noche se duerman en el sofá mientras nosotros vemos alguna serie. Son contadas las veces que lo habrán hecho, pero cuando les hemos dejado… Ainss qué caritas. Un buen ejemplo del punto anterior, decirles que sí cuando esperan un no.
- Dándoles responsabilidades, pero en cosas que pueda hacerles ilusión, como preparar algo en la cocina, separar la ropa para la colada o llenar el carro con la lista de la compra. Se sienten mayores e importantes, y eso les hace felices.
Con esto estoy convencida de que lograré que mis hijos vivan muchos momentos de felicidad, y la mayoría son gestos que no suponen un gran esfuerzo, salvo el de no olvidarlos. Y vuestros hijos, ¿con qué son felices?
11 Comentarios
Jessica
30 enero, 2017 at 18:35Feliz año!! Que alegría volver a leerte amiga!
Pues sabes que justo hoy pensaba en el cumpleaños de Marcela de camino al trabajo y lo mucho que me gustaría este año poder ir?
Mi morena se nos hace grande!!
Un abrazo y a seguir!!
Pd:Sabes que sección molaba mil?
Tus Placeres y Desahogos
Noelia - Golosi
30 enero, 2017 at 21:58Uala! Ojalá vengáis, qué guay!
Prometo pensarme lo de retomar los placeres y desahogos jeje.
Muacs!
Carolina
30 enero, 2017 at 19:54Me encanta volver a leerte mi amiga «golisi», y sobretodo un post que hable de felicidad.
Ese sentimiento tan puro y tan magico que hace brillar los ojitos de nuestros hijos.
Para Abril y Ada una cosa que les hace tremendamente feliz es mirar una pelicula en la cama con nosotros.
Y jugar, salir, disfrazarnos, bailar, maquillarnos, ufff cuantas cosas y cuantas mas quedan por hacer.
Una de las cosas que se que hace muy feliz a Abril es ver a su amiga Marcela, por circunstancias no se ven lo que les gustaria pero se cojen con tantas ganas que parece que no pase el tiempo para ellas.
Bueno aqui mi granito de arena para mi amiga.
Un beso grande???
Noelia - Golosi
30 enero, 2017 at 21:57Ay! qué comentario más bonito Carola. ¿Sabes? Tenemos una suerte infinita de lo que se quieren nuestras hijas y lo felices que son juntas. Ojalá siempre sea así
Carolina
30 enero, 2017 at 22:03Y tanto!!! Lo que el guetto ha unido es para siempre?
Bego
30 enero, 2017 at 22:48Una superlista. Me encanta ♥
Noelia - Golosi
30 enero, 2017 at 23:29Gracias guapa
Cakes
1 febrero, 2017 at 10:11Aquí dejo mi aportación querida amiga: mis hijos son felices cuando hacemos manualidades todos los fines de semana, también cuando a Jorge le busco piedras bonitas » de la suerte» y se las dejo en la almohada con una notita con corazones, cuando leen para mí, cuando cuelgo en la nevera sus dibujos y como ya no caben los pego en la caja de los fusibles…son tantas cosas las que les hacen felices…! Ah, por último, cuando le prometo a Julia que voy a aprender a coser a máquina para hacerle un disfraz de lady bug, y en ello estoy????
Noelia - Golosi
1 febrero, 2017 at 22:36¡Pero qué ilusión! Si no me equivoco es la primera vez que comentas jeje. A ver si te veo más por aquí 😉
Maja, tus hijos tienen una madre estupenda que les llena de momentos de felicidad, aunque eso yo ya lo sabía.
Besacos perri.
Rosa
2 febrero, 2017 at 01:32Que palabras tan bonitas!!. Seguire lo que dices al pie de la letra. Mis hijos son mi vida y lo que más me importa es verlos sonreir. Y hacer que crezcan felices. Un abrazo!
Noelia - Golosi
12 febrero, 2017 at 22:35Qué bonito lo que dices Rosa; me alegra que mi post te inspire esto. Muchas gracias