Feliz 2º cumpleaños, Bruno

Mi niño pequeño cumple hoy 2 años y aunque suene a tópico… hay que ver cómo pasa el tiempo. Durante estos dos años hemos tenido que aprender a ser cuatro; a organizar mejor nuestro tiempo y a priorizar tareas; a entender a su hermana cuando ha necesitado llamar la atención, consciente o inconscientemente; a ingeniárnoslas para que él tuviese las mismas atenciones que tuvimos con su hermana en su momento, algo complicado y, para ser realistas, imposible; a intentar dedicar tanto a él como a su hermana momentos en exclusiva con cada uno – difícil difícil -; a no hacer comparaciones entre ellos… .

Lo que no hemos tenido que aprender es a quererlo tanto. Y entiendo que pueda llamaros la atención que diga esto, pero reconozco que antes de que naciera tenía ciertas dudas y miedos pensando que no podría querer a nadie como a Marcela, que era insuperable e inigualable. Por suerte me equivocaba y esas dudas desaparecieron en cuanto nació. Es increíble el poder y la capacidad que tenemos para querer de forma incondicional, con toda la fuerza del mundo, sin necesidad de repartir el amor que primero sientes por uno.

Bruno es cariñoso, un poco terco, obediente y tiene una sonrisa preciosa. Incluso ahora que asoma ramalazos típicos de los temidos dos años, es un niño bastante fácil, dentro de lo fácil que puede ser un niño de esta edad, jeje. Quizá levanta la mano demasiado, pero sé que es algo temporal, que va con la edad y lo aprendido y que pasará conforme vaya aprendiendo a mostrar su enfado o desacuerdo de otra forma.

El año pasado, en su primer cumple, no le dediqué en el blog ni un ¡felicidades! Estaba en Modo Off tras el #15J. Me prometí que este año no sería igual. No estoy especialmente inspirada, podría haberlo dejado para otro momento, pero habría sido a riesgo de acabar por no hacerlo, así que aquí estoy. Pero este año mi pena es no poder haber organizado nada especial, nada de la fiesta de animales de la selva que había pensado. Nada que, aun pudiendo hacerlo en casa con la pata chula, pueda suponer más jaleo y agobio para marido, que es quien está cargando con todo desde que me hice el maldito esguince.

Pero ya he llorado por esto y gracias a eso ahora lo veo de otra forma, una forma mas relajada, relativizando. Las cosas llegan como llegan y hay que amoldarse a ello. Lo importante es que mi niño esta tarde tendrá su fiesta, en la que estarán muchas de las personas que más le quieren. Y esto es lo importante.

Así que hijo, ¡FELICIDADES! por estos dos añitos, en los que me has llenado de más felicidad aun y en la que me has enseñado a ser mejor persona. Te quiero como no se puede querer a nadie; tanto que no soy capaz de ponerlo aquí, pero que juro demostrártelo día a día.