Desconocemos cuánto azúcar contienen la mayoría de los alimentos, y si lo conocemos, nos cuesta hacernos a la idea de lo que significa, de si es mucho o poco. Es fácil coger el etiquetado de un producto y mirar la cantidad de azúcar, pero no es lo mismo leerlo que verlo. Y si hablamos de niños ya ni os cuento.
En mayo hemos tenido que hacer un trabajito para el cole de Bruno, niños con ayuda de los padres, sobre alimentación. Dejaban bastante libertad, así que yo tuve claro que no haría la típica pirámide alimenticia porque seguro que abundaban. Finalmente he comprobado que no se han hecho tantas como pensaba, y las que había tenían su punto de originalidad. Bueno, a lo que vamos; mi idea inicial, aprobada por Bruno, era hacer un juego de parejas – memory – o un dominó, pero a última hora se me ocurrió que podíamos hacer algo con lo que Bruno y sus compañeros aprendieran algo importante, como la cantidad de azúcar que contienen algunos «alimentos» que suelen formar parte de su dieta.
Para que visualmente causara el efecto deseado, es decir, que impactara, decidimos hacer bolsitas con los gramos de azúcar correspondientes y ponerlos debajo de la imagen del «alimento» en cuestión. Elegimos ocho, pero tuvimos que desechar dos porque no cabían en la cartulina, así que nos quedamos con: batido de cacao, refresco de naranja, lácteo bebible, helado, zumo de naranja en brick y cacao soluble. A Bruno se lo planteamos como un juego y una manualidad y le encantó meter el azúcar en las bolsitas. Su trabajo consistió en eso y en pegar las imágenes y las bolsitas con el azúcar a la cartulina.
El resultado, tan impactante como efectivo, es este.
¿A que no es lo mismo verlo así que si simplemente leéis esto?:
- Batido de cacao: 24 gr. de azúcar en una botellita de 200 ml.
- Refresco de naranja: 28 gr. de azúcar en un bote de 33 cl.
- Danonino bebible: 13,5 gr. de azúcar en una botellita.
- Helado: 21,6 gr. de azúcar en un cono.
- Zumo de naranja: 18 gr. de azúcar en un brick de 200 ml.
- Caco soluble: 7 gr. de azúcar por cada dos cucharadas de cacao.
Y es que en este caso se cumple el dicho vale más una imagen que mil palabras. Espero que esto nos ayude a ser conscientes y a recapacitar sobre la necesidad o no de cambiar algunos de nuestros hábitos alimentarios y, sobre todo, los de nuestro hijos, educándoles en salud y en hábitos de vida saludable.
¿Imaginabais la cantidad de azúcar que se meten en el cuerpo nuestros hijos cuando toman alguno de estos alimentos?
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