No juego con mis hijos tanto como creéis

Tengo una confesión que haceros: No juego con mis hijos tanto como creéis. A lo largo de este tiempo, desde que tengo el blog y publico en redes sociales, sois muchos los que me habéis hecho comentarios al respecto, tipo “es que tú juegas mucho con ellos” o “se nota que les dedicas tiempo”. Es algo que también he escuchado de boca de mi suegra o de varias de mis amigas incluso antes, cuando toda mi vida era privada. Pues siento defraudaros, pero a mí también se me hace cuesta arriba ponerme a jugar cuando estoy cansada o cuando “debo” o quiero hacer otras cosas. Y son muchas las ocasiones en que lo alargo con un “luego” o en las que directamente les digo que jueguen solos, lo que no me libra de torturas psicológicas, chantajes emocionales, preguntas y ataques varios por parte de una y otro, y peor aún, por parte de mi conciencia. Hay otras veces, las menos, en que accedo a la primera feliz de la vida y nos ponemos a jugar juntos. Cuando me piden hacer manualidades la pereza ya suele ser máxima.

¿Y cómo es que publico tan a menudo en Facebook o en Instagram sobre ratos de juego, manualidades o lectura juntos? ¿Acaso os engaño? Pues obviamente no; publico esos momentos porque los hay, e intento y me esfuerzo porque los haya cada día. Pero un día tiene muchas horas – aunque algunos nos parezcan que duran un suspiro – durante las que hago otras cosas además de jugar y poner la foto en la red social de turno. Lo que pasa y os confunde es el hecho de que esas otras cosas no suelo publicarlas, por lo que todo o casi todo lo que sabéis de mí es que hago cosas con mis hijos, sin entrar en si esos momentos duran minutos u horas, o si son cada día o solo los que publico foto.

No me fotografío comprando, barriendo o recogiendo la ropa para inmediatamente compartir la imagen en las redes sociales. Bueno, alguna excepción ha habido, pero por lo general no lo considero atractivo ni para vosotros ni para mí. Seguramente para mí menos. Tampoco suelo publicar los momentos que pasan con Clan o Disney Channel, y os aseguro que son más de los que me gustaría, a pesar de que parte de ese tiempo ellos preferirían estar jugando conmigo o viendo una película en el sofá todos juntos.

Puede que haya quien se alarme e incluso se ofenda con este arranque de sinceridad que acabo de marcarme. Y vaya que lo siento, pero mejor que dejéis la ingenuidad a un lado, porque así es este mundo, y no hablo solo del virtual. Pero al contrario de lo que mucha gente opina, yo no considero que publicar solo el lado bonito de las cosas sea engañar, es que creo innecesario aclarar que no todo en mi vida es perfecto, ni jauja, ni momentos de súper madre, porque imagino que ya dais por hecho que en mi casa y en mi vida de madre, como en la vuestra, hay momentos de todo.