Ya escribí sobre la experiencia de tener y criar al segundo hijo y lo diferente que es respecto a cuando somos primerizas en todo. Al menos en mi caso tanto el embarazo como después el postparto podría decir que han sido mejores emocionalmente hablando, los he pasado mucho más relajada y menos obsesiva. Pero… ¿y el parto? Eso es otro tema. En esa entrada no lo saqué porque bien merece un post aparte y en exclusiva.
El parto de mi segundo hijo no tuvo nada que ver con el de la primera. Para dar a luz a Miss estuve preparándome en las clases de preparación al parto, que no pisé estando embarazada de Míster. Y me sirvieron, aunque sólo fuera para concentrarme en la respiración durante las horas en las que Miss decía que quería salir pero no acababa de decidirse. Por supuesto me dolía, me dolía mucho, pero fui capaz de no soltar un ay! más fuerte que otro; estaba súper mentalizada y todo lo relajada que podía estar dada la situación, sin perder el control ni la compostura en ningún momento del parto. Vamos, que fui toda una campeona. Conocía casos en los que parir había sido «un pedo», de no enterarse, así que ¿por qué no iba a pasarme a mí igual mi primera vez? Oye, a lo mejor ni me enteraba. Y así de positiva estaba yo, que estoy convencida de que esa actitud influyó en mi aguante. Eso sí, nada más parir dije que una y no más, que yo no volvía a pasar por esto.
Embarazada de Míster no recuerdo haber tenido miedos o pensamientos negativos sobre el parto, incluso creo que estaba muy relajada y tranquila cuando entré en la sala de dilatación, a la que fui directamente sin pasar por habitación – con Miss estuve en la habitación hasta que me vieron «preparada» y pasé a partos -. Nada más ingresar me pincharon la primera de las tres dosis contra el estreptococo, que me había salido positivo, al igual que en el embarazo anterior. Tenían que ponerme dos más, así que no interesaba acelerar demasiado el parto, aunque por otro lado había que hacerlo por falta de líquido en la placenta. En cierto momento me indujeron con oxitocina, y ahí empezó el calvario. No recuerdo en qué momento me pusieron la segunda dosis contra el estreptococo, pero sé que tuve que aguantar más dolor del humanamente aguantable para que diese tiempo a poner la tercera, que juraría que pusieron en la sala de partos y que por supuesto no dio tiempo a que hiciera efecto.
Sé que muchas habéis pasado por los mismos dolores que yo, y seguro que varias los habéis tenido peores y durante más tiempo, pero el grado de descontrol que alcancé… Eso creo que no debe ser muy común, o es que la mayoría tenéis más vergüenza que yo y no lo contáis – ni lo enseñáis, que mi parto lo han visto amigos y amigas por gracia de mi marido -.
Para que os hagáis una idea, sólo que Papagoloso estaba a mi lado abanicándome y el móvil grababa desde una estantería |
En el segundo parto hasta las ratas de las alcantarillas cercanas debieron oírme. Nadie sabe lo que me dolió cada segundo desde que empecé con las contracciones fuertes tras la oxitocina hasta que el enano salió por completo. Y recuerdo que en los pocos momentos de lucidez que tenía mientras estaba en el potro (que horror de nombre) me sentía fatal porque imaginaba que el resto de parturientas que había en otras salas (de parto o de dilatación) al oírme estarían acojonaditas por lo que les esperaba. Menos mal que fue bastante rápido todo, de hecho hubo situaciones en las que tuvieron que saltarse el protocolo porque no daba tiempo, como al llevarme a la sala de partos o al ponerme la puñetera epidural que no hizo efecto.
Y en un momento de gritos e histeria por mi parte mientras empujaba:
– Mira, si te asomas le ves la cabeza y se la tocas
– NOOOOO, QUE SALGA YAAAA!!!!!!
– Venga, dos empujoncitos más y está fuera
– DOCE!?
– Dos
– UAAAAAAAAAAAAAAAAAA (mientras empujaba con todas mis fuerzas)
– Venga, que está casi
– IAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Y a pesar del fuerte dolor, la experiencia de notar cómo va saliendo tu hijo, cómo cada parte de su cuerpecito va rozando el tuyo, es maravillosa. Es lo que me llevo del parto tan doloroso. Y lo bien que me encontré al instante. Ya con Miss me planteé no ponerme la epidural porque quería notarlo todo, pero en cuanto el dolor empezó a ser más intenso la pedí.
PD: He estado meditando la posibilidad de incluir en este post parte de la grabación del parto, lo que seguramente me habría hecho subir en el ránking Madresférico unos cuantos puestos y que se hablara de mí durante al menos unas horas, pero por varias razones obvias no lo he hecho.
22 Comentarios
El Món Petit de la Pluja
11 septiembre, 2012 at 21:42Hola! Me ha encantado este post, me ha recordado a cuando yo di a luz, también pensaba que muchas madres no se enteraron del parto y por qué no me iba tocar a mi esa suerte!! Y… no me tocó ^^ Pero igualmente fue una experiencia inolvidable a la par que extremadamente dolorosa, ya que a mi, como a ti no le hizo efecto ninguno la epidural y noté TODO!!
Te conocía del Facebook, pero hasta ahora no me había atrevido a dejarte un comentario. Ahora también te sigo por aquí.
Un Beso
Rocío
http://elmonpetitdelapluja.blogspot.com.es/
golosi
11 septiembre, 2012 at 22:02Pues me alegra mucho que te hayas decidido a comentar. M.e encantará seguir viéndote.
Tienes un blog chulísimo, con muy buenas ideas.
Y sobre el parto… yo enseguida me alegré de que no hiciera efecto la epidural, fue tan bonito sentirlo todo… eso sí, vaya dolor.
Bs y gracias
Elena Mejías Sánchez
11 septiembre, 2012 at 21:46Me quedo con ganas de ver tu parto, de verdad, pero entiendo perfectamente que no lo hagas, en cuanto a los dolores, todas decís que son horribles pero por supuesto, merecen la pena.. yo me quedè con ganas de un parto completamente natural ya que tuve cesàrea programada, pero cuando te he leído se me han quitado un poco las ganas jajajaja muy bien contado besitos !!
@eleni_taa
golosi
11 septiembre, 2012 at 22:05Jajajaja, si tienes un segundo y se da el caso de que es natural, comparas y cuentas ;-).
Oye, y gracias por hacer el esfuerzo de comentar ahora, guapa.
BN
batallitasdemama
12 septiembre, 2012 at 06:35A mi me pusieron oxitocina, esos dolores son brutales, no tenía descanso y empecé a hiperventilar, tenía oxigeno y pensé que no iba a soportar tanto dolor, lo juro, creo que ya lo conté en mi blog. Creo que la oxitocina es matadora. Quiero tener otro hijo pero te aseguro que me lo pienso mucho por el tema parto y no sólo por el dolor, si no porque vaya todo bien para el niñ@.Un beso
golosi
12 septiembre, 2012 at 07:02Yo me quedo con las ganas de un tercero, porque mi marido no está por la labor y porque no tengo claro querer volver a pasar por eso, jajaja.
Muchas gracias por pasarte guapa
Y entonces llegó el caos
12 septiembre, 2012 at 07:45Buff maja, que no te lean muchas no-madres que se les van a quitar las ganas!!
Yo he tenido la suerte de dos partos muy buenos. Con la epidural, eso sí!
Un besillo!
golosi
12 septiembre, 2012 at 08:08Jaja, ya lo pensé, ya. De hecho una de mis íntimas está a menos de un mes y no me gustaría que llegara con miedo al parto. Me lancé a publicarlo porque ella ha visto la grabación del mío y sabe más o menos lo que pasé, si no creo que me habría esperado a q naciera su bebé.
Un besote y gracias por pasar 😉
Peineta-pintxos
12 septiembre, 2012 at 08:03jAJAJA , ES ESA MI NIÑA, pues yo no lo he hecho nunca, lo de contar el parto del monillo, pero el día que lo haga vais a flipar, lo de mis contracciones no tiene nombre.
HOmbre me has desanimado un poco porque yo después de lo duro y largo que fue el primero, en caso de haber un segundo queria esa versión "tipo pedo ni me entero" 😉
Lo siento pero si no me ponen la epidural no paro, mi dolor era insufrible
Besos guapa
golosi
12 septiembre, 2012 at 08:09Arriba la epidural, por qué no! Oye, quién sabe, quizá a ti ahora te toque el parto-pedo 😉
Gracias reina por estar 😉
Monica Lady Pink
12 septiembre, 2012 at 08:32ainssss que me he emocionado al leer como explicas la sensacion de cuando sale el bebe y de como sientes cuando va saliendo parte por parte. yo por desgracia (o por suerte diran algunas) tengo cesareas, asi que jamas sentire esa sensacion.
en algun momento contare mi parto, porque con Principe empezo un parto normal con sus dolores y demas y acabo en cesarea.
la verdad que por muchos dolores que haya cuando ves esa carita tan inocente….se quita todo. es lo mejor que le puede pasar a una mujer…
golosi
12 septiembre, 2012 at 08:48Y tanto. Anoche antes de publicar el post estuve viendo fotos de esos instantes, Al segundo de parir, con mi bebé sobre mí, mi cara era de felicidad plena. Y como si no hubiera pasado dolor alguna, estaba genial.
Un beso y mil gracias por pasar, como siempre 😉
Michele de Nuestro Diario
12 septiembre, 2012 at 13:31Ains que me has hecho con reír jaja
Lo del vídeo ya me dio grimita (es broma)xD
Yo por alguna extraña razón parí hace nueve años normal y hace tres por cesárea. Me alegro de que haya sido distinto, dos experiencias lindas y diferentes como ellos mismos.
Lo de que el segundo parto duele menos es una leyenda urbana, como un segundo dolor de muela: lo que ocurre es que ya conoces el dolor.
Un beso y gracias por compartir tu parto narrado, muy emotivo y gracioso a la vez.
golosi
13 septiembre, 2012 at 06:44Pues como me alegro de que al menos mi parto le haya hecho reír a alguien ;-), porque lo que es a mí…
Efectivamente ya sabes a lo que vas, aunque en mi caso no tenía pensamientos negativos, o no era consciente de ellos.
Un beso y muchas gracias por pasarte guapa.
Tona Twoo
12 septiembre, 2012 at 17:23¡¡¡Hola!!!
He conocido tu Blog por casualidad y me encanta!!
Pásate cuando puedas por el mio que te he dejado… ¡¡¡Un regalito!!!!
Mil besos!!
golosi
13 septiembre, 2012 at 06:55Oye qué ilusión! Ya te he comentado allí. Me alegra que te guste mi blog. Creo que seguiremos viéndonos, porque seré asidua del tuyo, a ver si aprendo algo, jeje.
Muchísimas gracias por el premio, guapa.
Bergeronnette
12 septiembre, 2012 at 21:21Eh!! Pensabas que me iba a olvidar de comentarte? HE tardado, pero lo que pío, lo cumplo 😉
Yo entré -en ambos partos- con 7 dilatados. Y la segunda fue… Rápido. Tan rápido, que tuve que sacar mi mala leche en la sala de espera, porque justo llegué en el cambio de turno. Y era, o le gritaba a la matrona (que luego resultó ser la amiga de compañera de trabajo) que qué pensaba que hacía yo allí (como se le ocurre preguntarme que hacía allí? darme un paseo a las 10 de la noche, para ver si estaban trabajando?) o gritaba al notar a la peque…
Fue tan rápido que ni epidural ni nada. Creo que aparte de sentir vergüenza por si las demás personas me podían oír gritar el aiaiaia, al más puro rebuzno burril, pensaba que la niña era tan grande que se iba a quedar encajonada. Ah! y (estomedamuchamásvergüenza) pensaba que me iba a salir una almorrana como siguiera haciendo esa fuerza descomunal… (oye, y acerté)
Pero tengo una peduga encantadoramente encantadora.
Pero tengo miendo a que si, algún día, hay un tercer parto, no llegue al hospital…
golosi
13 septiembre, 2012 at 06:57Jajaja, hay profesionales que tienen un tacto… Oye, si no llegas al hospital será buena señal, parto-pedo, jeje.
Mil gracias por cumplir, no esperaba menos 😉
Un besote!
Una Mama Practica
13 septiembre, 2012 at 08:00Tras leer el título de tu post he dudado si seguir leyendo.. Que soy madre primeriza y me planteo tener más Al final me he animado y ha merecido la pena, además leer el párrafo final me da esperanzas Mi peque nació en Viena y los primeros 6 meses de embarazo estabamos en Holanda todavía, y el sistema allí es muy diferente. Y me da un poco de cosa si el/la siguiente llega en España :S
Un beso y que tengáis buen jueves!
Jaio
golosi
13 septiembre, 2012 at 10:16Pues me alegra que hayas seguido leyendo ;-).
vaya! tanta diferencia hay entre distintos países? Mira, podrías hacer un post alguna vez (ahí lo dejo, jeje).
Un besote y gracias, guapetona.
mamá, ¿dónde vamos hoy?
13 septiembre, 2012 at 22:12Madre mía golosi, si mi primer parto hubiera sido así ya no tengo al segundo!!! jajajaj. menos mal que mis partos han sido con epidural y no noté casi contracciones que si no….
golosi
14 septiembre, 2012 at 06:41Ay hija, habrías tenido el segundo igual, jajaja. Y es que ahí está lo mejor de todo (o peor, según), que es tenerlo con nosotros y olvidarnos de (casi)todos los males.
Muchas gracias por comentar guapa